Julia y Renata se Reconfiguran

Es una mañana calurosa en la Ciudad de México. Son las 10 de la mañana, todos corren por llegar al trabajo, a la escuela…. corren por llegar a algún lado. Mientras tanto, la Glorieta de Cibeles -entre mucha gente y altas expectativas- se prepara para recibir un desfile tranquilo, relajado, calmante… un desfile lleno de paz.

¿La paleta de colores?: verde, blanco, café, rojo, negro…todos desde la mirada de un filtro terroso y desértico. Es un ambiente cálido.

Los textiles fueron mi parte favorita porque imperaron el lino y el algodón, dos de los materiales más eco-friendly, y los acompañaron la seda y la gabardina.

Se evidenció la admiración hacia la naturaleza en todas las decisiones, desde los atuendos hasta el beauty look. Éste consistió en rostros naturales, casi nada de maquillaje, cejas bien definidas y labios “mordidos” con un poco de labial rosado que manchaba la boca de las modelos, un look casi rústico y un peinado básico, una coleta de caballo desenfadada y suelta.

El calzado, provisto por Nike, destacó por su sencillez y versatilidad. Tenis que acompañaban las prendas para reforzar la libertad de las formas.

Todo el ambiente del desfile contrastaba con el entorno citadino. Esto fue la base detrás de la colección de Julia y Renata: deconstrucción-reconstrucción. De tal manera que las piezas dejaron de lado la silueta básica de una camisa o de un vestido y se amplificaron hasta el punto de crear una silueta nueva. A partir del desmembramiento de conceptos anteriores, las hermanas diseñadoras llegaron a ideas innovadoras, sin perder jamás los atributos iniciales. En esta propuesta, el proceso es clave, no importa sólo el destino, el viaje es igual de valioso. Así lo dejaron claro las diseñadoras al afirmar para Elle que en esta colección su “punto focal es la acción primaria en el proceso de construcción de una prenda, la disección del cuerpo llevado al papel, luego a un lienzo de tela, que es cortado y separado, para ser unido, plegado, modelado y despojado de su forma anterior, dotándolo de un nuevo significado, pero conservando su forma esencial”.

Las diseñadoras

Así, el desfile de Julia y Renata para Otoño-Invierno 2018 nos entrega piezas únicas y declaratorias: esto es la moda mexicana, un constante cuestionarse quiénes somos y hacia dónde vamos, siempre hacia adelante.