Benito, cámara, Santos, acción
- Alejandra Escartin
- 8 oct 2018
- 2 Min. de lectura

Benito Santos presentó su colección Primavera Verano 2019. El escenario fue el Monumento a la Independencia.
En esta ocasión, la inspiración para el diseñador vino del trabajo de Gabriel Figueroa, importante figura del cine de oro mexicano que como director de fotografía retrató con su lente momentos icónicos de nuestro cine (http://revistaiconica.com/10-peliculas-gabriel-figueroa/)
Las prendas presumieron la clara influencia, no sólo del trabajo de Figueroa, sino de la esencia del cine mexicano de las décadas 40 y 50. ¿La clave? la combinación infalible blanco y negro, que, como el cine de hace varias décadas, retrata siluetas estilizadas.
Esta combinación clásica de colores fue el guiño sútil, pero acertado, para que te sintieras como si vieras una película de La Doña mientras las modelos pasaban frente a tus ojos, con sus hermosas faldas pomposas y su actitud empoderada.
En esta ocasión, la casa de modas colaboró con la artista Carmen Plaza, cuya mente creativa estuvo a cargo de los diseños que vimos en los textiles. Los estampados se formaron con ilustración a línea de diversos iconos del cine mexicano, tales como María Félix o El indio Fernández.
La mexicaneidad cubrió esta colección, pues no sólo el escenario se trataba de un emblema para nosotros, sino que la música que acompañó el desfile comenzó con una banda de guerra, y modelos, como soldados, dirigidas por la icónica Ale Infante, para pasar por un popurrí que incluyó Cielito Lindo y el Huapango de José Pablo Moncayo.

Respecto a las siluetas, vimos toda clase de piezas, desde vestidos, faldas, enterizos, trajes sastre y hasta shorts.
Benito Santos se caracteriza por considerar el cuerpo curvilíneo de la mujer latina, por ello, las cinturas eran ajustadas y el calce de las piezas era perfecto al cuerpo. Incluso pudimos ver cortes corsets muy entallados que marcaban cada curva del cuerpo femenino de una manera bella con un despliegue de tela en la amplísima falda.
Aunque también pudimos apreciar algunos conjuntos más cuadrados en los que el enfoque lo tenían el material textil y el arte en él plasmado.


Los entramados en las telas, los pompones y el encaje también se hicieron notar.
El coqueteo y la glamorosidad se asomaron por medio de volados, faldas pomposas, transparencias elegantes y escotes profundos.
De los accesorios, destacaron los originales cinturones de acrílico transparente con bordado rojo o negro y los stilettos del mismo tipo, éstos constituyeron un detalle muy acertado del estilismo.
En cuanto a la propuesta de belleza: peinado pulcro y los labios rojo intensos fueron el perfecto contraste para el duocromo de la ropa.
Mi look favorito fue este vesitdo blanco con cuello barco, hombros descubiertos y una falda con flores que agregaban textura y balanceaban la parte superior con la inferior. Me pareció una pieza muy bien pensada.

¿Te gustó esta colección? ¿cuál fue tu outfit favorito? ¡Déjame un comentario!
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